El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos. Siempre lleva asociado un juicio de valor, o sea, ponemos en valor nuestra capacidad (o incapacidad) para hacer las cosas o responder ante ciertos hechos. No se debe confundir con la autoestima, que es la valoración que hacemos de nosotros mismos y de aquello que hacemos.
Resulta fundamental detectar qué opinión tenemos sobre nosotros mismos y nuestras capacidades y analizar a fondo de dónde surge todo aquello. Como tantas ideas que rondan nuestra cabeza, el autoconcepto es una creencia, ya que no tiene una «base científica e inmutable» en la mayoría de los casos. Desde el momento en que hablamos de una creencia, debemos tener claro que el autoconcepto lo podemos modificar.